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proceso de despertar

Adaptación: Renata González
Fecha: Junio 2008

Todos tus deseos percibidos, se pueden resumir en el más grande deseo de tu Ser, el cual es retornar o recordar la total conciencia Divina. La conciencia del Amor incondicional del Padre y la conciencia de tu Ser divino, unido a tu Creador, dotado de paz, dicha y Amor. A salvo, sano y pleno, libre de toda limitación, incluidas el tiempo y el espacio. Cuan grande será tu poder, que ante tu perdón las más densas nubes que aterrorizan a tus hermanos, caen disolviéndose en la nada. Ante tu santidad, las ilusiones se retractan. Tu sola estela de santidad, tiene el poder de curar lo aparentemente “incurable”. Y todo sólo con tu decisión de identificarte con tu verdadero Ser.

Una condición del reino que abre las arcas siempre abundantes de la Filiación, que sólo esperan que tomes lo que desees de ellas para que así aumenten sus tesoros, es esta identificación de tu verdadero Ser. Este Ser está en Paz, goza de dicha y extiende el Amor. En este plano su llave es el perdón. Por eso es que es tu objetivo expresar Paz, Dicha, Amor y extenderlo; así como, entregar perdón.

Para iniciar tu camino al despertar, comienza con una perspectiva “nosotros”, el bien de “nosotros” en lugar de “yo”; este es el principio de la conciencia de unicidad con el todo. Así cuando pidas bienaventuranza, pídela a nombre de todos tus hermanos; cuando pidas salud, pídela para todos los que crean necesitarla, etc.

En el proceso de despertar, debes recordar mirar hacia adentro y reconocer la responsabilidad al dolor, el miedo, los traumas emocionales que provienen del pasado. Tu responsabilidad consiste en haber mantenido que son reales, que te fueron inflingidos por algo externo a ti y que tú puedes ser lastimado. Decídete a cambiar de opinión respecto a ellas, decídete que fue un error de tu pensamiento, que no estás más dispuesto a perpetuar el dolor, el miedo o los traumas emocionales que te aquejan. Acepta tan sólo que tú eres quien le dio realidad al creer en estas ilusiones, pero que son ilusiones nada más. Errores de tu pensamiento, al ignorar que eran irreales. Así, quedamente, sin mayor aspaviento; suéltalo, libérate de una vez por todas de ello. No lo quieres más en tu vida, no lo necesitas, déjalo ir, no pienses más en él. Tampoco te culpes de este error, eso sería el mismo error perpetuado bajo diferente forma. Sólo “…la tolerancia con tus errores o debilidades permitirá pasarlas por alto, en lugar de otorgarles poder de demorar nuestro aprendizaje. A un error o una debilidad lo único que se requiere es corrección.” Corrígelo pues. Sin embargo, “…permitir que el error siga repitiéndose es cometer errores adicionales, que se basan en el primero y que lo refuerzan. Éste es el proceso que debes dejar a un lado, pues no es sino otra manera de defender las ilusiones contra la verdad.” (W.95,8:4)

Libre de toda forma negativa de pensamiento, mantente alerta a favor del Reino de Dios. Es decir, elige qué formas de pensamiento vas a permitir que se infiltren en tu conciencia. ¿A qué le das poder con tu atención? ¿Deseas perpetuar la irrealidad o deseas experimentar la verdad del Ser?

Toma el control de tu vida reconociendo tu pensamiento, depurándolo y permaneciendo en coherencia con tu nuevo sistema de pensamiento. Aprende que eres el Creador de tu realidad. Si no quieres retrasarte más, alinea tu voluntad con la Voluntad de tu Ser Divino, el cual comparte la Voluntad del Padre. No estarás dejando de hacer nada, sino dando tu permiso para que se haga Tu Voluntad, la verdadera, no el capricho del ego. Cuando elijas esto verás que tu Voluntad y la del Padre; así como tu felicidad están alineados a los valores de honor, verdad, integridad, rectitud, bien común, entre otros muchos. El sacrificio o sufrimiento no forma parte de la voluntad tuya o del Padre, a estos no estamos accediendo; tan sólo reclama tu derecho divino a ser un co-creador activo y autorizado de alegría, paz, abundancia, belleza y armonía, las cuales están disponibles y son disfrutadas por todos los santos Hijos de Dios en conciencia de su Ser divino.

En este proceso, una de las manifestaciones del aprendizaje es parar de permitir que tus emociones te controlen proyectando expectativas hacia otros, abre franco la tolerancia hacia el camino al despertar de tu hermano. Expresa la misma paciencia hacia él, que todos tus hermanos más adelantados han tenido contigo. Demuestra con esto tu avance en el aprendizaje.

Otra manifestación de aprendizaje es parar de dar tu poder a los demás, al perpetuar las imágenes de que alguien externo puede hacerte daño, herirte física o emocionalmente, tiranizarte, exigirte u obligarte a algo que no deseas hacer, manipularte, traicionarte, robarte algo que es tuyo, despreciarte o no amarte. Entiende que esto es imposible, tus arcas están llenas y listas a darte todo lo que desees, todo evento en tu vida es sólo para tu mayor beneficio, aún cuando se disfrace de lo contrario. Desde la sabiduría divina a la cual tienes acceso a través del Espíritu Santo, entiende que tus hermanos sólo te dan amor o te lo piden, pregúntale a Aquel que goza de la visión saber cómo corresponder en dar el amor que te pide tu hermano. Estate abierto a entregarlo como Él te indique lo cual pudiera ser una forma que tú no juzgarías normalmente de amorosa, pero el que sabe más que tú, sabe también que no hay fórmulas y tiene una perspectiva mucho más amplia que la tuya. A veces, por ejemplo, lo más amoroso que puedes hacer por un hermano es entregarlo a las autoridades o evidenciar ante sus familiares un problema de drogadicción. Deja que el Espíritu Santo te guíe al respecto, tú no puedes saberlo.

Arrójate con total confianza a amar profunda e intencionalmente, no temas ser herido, reconoce que eso es imposible, pero no tener la experiencia plena de lo que te corresponde es un error aún mayor. Toma en cuenta a tus hermanos, confía en ellos, no temas ser decepcionado o rechazado esto no te compete, son reacciones del ego, no de tu hermano a quien amas, no por lo que hace o dice; sino por lo que es, el santo Hijo de Dios, al igual que tú. Puedes cambiar de vida cuando así lo elijas, no temas fracasar; el fracaso no corresponde a tu verdadera identidad por tanto niégalo e invierte tu atención entera en disfrutar el camino en pleno, el éxito vendrá.

En este camino, una parte indispensable es reemplazar al deseo del ego como director de tu experiencia de vida, con tu Ser espiritual. Esta decisión permite la integración de tu Ser Superior con el Ser Crístico, en la unidad divina.

Para alcanzar a este Ser debes liberar y aceptar la curación de: la culpa, vergüenza, tristeza, sentimiento de fracaso, de poca valía, de abandono, ira, miedo y desesperanza. Para liberarlos, debes verlos de frente, trascendiendo el miedo y reconocerlos por lo que son, una idea equivocada del Hijo de Dios. No te engañes, no puedes dejarlos atrás evadiéndolos, esto es un error común del alumno en el proceso de despertar. Entre mayor sea tu avance en el camino, más evidentes serán a tu conciencia ya que esta es necesaria en el proceso de des-hacimiento y que los juzgues con el único juicio apropiado: que son irreales, un error de pensamiento que deseas perdonar. No hacerlo agudizará los síntomas con contiendas mentales, emocionales, o físicas. No te evadas de estos sentimientos, enfréntalos valerosamente. Date cuenta que son un regalo, una magnífica oportunidad de dejarlos verdaderamente atrás para siempre, de soltarte de las cadenas imaginarias que te mantienen atado en un mundo de ilusión, separación y muerte. Quizá te resulte más cómodo imaginarte como el observador, permitiendo que los sentimientos emerjan hacia la superficie y ahí los observes y juzgues equivocados. Acepta que estás listo(a) para dejar ir esas emociones que te quitan autoridad, alinea tu visión con la Voluntad de Dios y siempre procura colocarte en el más elevado tú que conoces.

Aprecia cada día y evento en tu vida como un regalo del Creador y vive cada momento lo mejor que puedas. Siempre busca lo mejor en ti mismo y en los demás. Anímate a ti mismo con pensamientos amorosos hacia ti y a los que te rodean. Si estás cansado, desanimado, triste, decepcionado, deprimido, asqueado, etc.; reconoce que es porque has cometido el error de pensar negativamente acerca de tu realidad. Date cuenta de los pequeños regalos y milagros que ocurren a tu alrededor cada día. Enfócate en lo que está correcto en tu mundo y añade tu regalo de energía amorosa y Luz Divina a la de toda la Filiación de tal forma que podamos crear milagros para el más alto bienestar del mundo y de todos nuestros hermanos. Con el corazón en alto, recuerda eres inmensamente amado.

 
   
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